23/7/07

El caballero encantado, de Benito Pérez Galdós

Como es habitual, si verdaderamente queréis leer un análisis exhaustivo de esta novela de Galdós injustamente olvidada deberéis acudir a fuentes más solventes:

Es preciso tener en cuenta el 'argumento' de El caballero encantado. Don Carlos de Tarsis y Suárez de Almondar, marqués de Mudarra y conde de Zorita de los Canes, terrateniente y oligarca, mantiene su tren de vida y ocios gracias a la explotación de los campesinos. Un extraño personaje, La Madre (Clío, España), lo transforma, precisamente, en jornalero miserable, y le hace peregrinar por Castilla la Vieja, en busca de su propia purificación y de su enamorada, la maestra Cintia. Desencantado y regenerado, Carlos-Gil, unido a su amante, luchará por desencantar y regenerar el país todo. Dentro de este esquema, Galdós va a pasar revista a las diversas clases que constituyen la sociedad española, clases que aparecen claramente delimitadas y caracterizadas.
Galdós y El caballero encantado ; Julio Rodríguez Puértolas (Anales galdosianos, 1972)



Regeneracionismo sin el pesimismo de esa corriente ni con las connotaciones negativas que arrastraría en el futuro, socialismo (incluso “anarquismo senil”), institucionalismo... pero sobre todo una brutal crítica social que arremete contra el caciquismo, el clericalismo y la corrupción.
Es posible que desde nuestra perspectiva de lectores del siglo XXI algunas posturas políticas de Galdós resulten ingenuas. Las reivindicaciones territoriales no habían aparecido realmente en el contexto político en 1909. Pero la idea de una España que se desmorona a causa de quienes explotan despiadadamente a la tierra y a los campesinos (y a los obreros y, por qué no, a los burgueses) podría anticipar un proyecto de plurinacionalidades autogestionadas... o algo así, no me hagáis caso. El caso es que siendo literato, Galdós en esa época ejercía labores políticas y El caballero encantado le sirve para exponer sus ideas. Esta vez no se limitará como en Doña Perfecta a plantear un suceso particular que pueda ser de alguna manera ejemplar (lo que constituye la esencia de la literatura clásica) En El caballero encantado Galdós intenta dar una visión global de la sociedad española de inicios del siglo XX pero sin renunciar a una trama narrativa que canalice el interés del lector. Así el producto final es un híbrido muy alejado de la novela clásica: A la crítica social se le une el relato fantástico con concomitancias góticas y simbólicas, junto al viaje como tema universal literario aparece el componente sentimental y, por supuesto, el heroico. Añadido a todo esto, aunque es habitual en el autor, los más diversos géneros se suceden capítulo a capítulo: Teatral, epistolar, a través de diálogos o de un narrador omnisciente que nos lleva por terrenos cervantinos en algunas ocasiones, en otras por los de los Episodios Nacionales. El caballero encantado es ciertamente inclasificable y una rareza práctica e injustamente olvidada en el conjunto de la obra de Galdós.

Uno debe necesariamente entusiasmarse con una novela en la que uno de los personajes se llama Alquiborontifosio de las Quintanas Rubias.
Y más me entusiasma que de repente, cuando el autor parece habernos situado en un espacio mítico fuera de la historia a través de los avatares que asigna a su protagonista, aparece, como bestia parda, una imagen faulkneriana:

Cuando a lo largo de la carretera general, en la cual entraron poco antes de la nueve, veían venir algún automóvil disparado, se les mandaba alinearse en la cuneta. Pasaba el auto como exhalación, levantando polvo y exhalando fetidez de gasolina.
Leo por ahí que en 1902 el parque automovilístico español rondaba el centenar de vehículos. En 1909 una cuerda de presos debía apartarse a la cuneta repetidas veces en su marcha bajo el sol.

Como bien sabía el coronel Sartoris el mundo estaba cambiando.




Tal vez El caballero encantado sea un signo de unos tiempos que cambian, pero no un aviso de los tiempos (peores) aún por venir. Pero demuestra ser una muestra de lo pésimamente que ha tratado la historia española a uno de los más grandes narradores de todos los tiempos.

9 comentarios:

L dijo...
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Anónimo dijo...

¿No os parece que a estas alturas del Desastre no es tan ingenuo volvernos un poco tolstoianos?

Anónimo dijo...

Pues sí que es sorprendente, sí... La verdad es que “El caballero encantado” es sistemáticamente ignorada en las bibliografías de Galdós. Mira, sin ir más lejos, la página Cervantesvirtual [http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/Galdos/obra.shtml] o Santa Wikipedia. Pero bueno, si la recomiendas habrá que darle un tiento.

Ah, hablando de escribir bien, después de un tiempo sin leerte me da la sensación de que cada vez se te da mejor esto de juntar letras. ;-)

(Aunque en eso de las reivindicaciones territoriales te equivocas de medio a medio, in my humble opinion...)

Vale.

Ámbar y spunk dijo...

¿Reinvindicaciones territoriales? ¡Reinvindicaciones estelares!
De acuerdo, Portnoy está que pule y afila el lápiz o el teclado. Éste es de los pocos blogs litearios -o no- que de verdad se pueden leer.
¿Por qué esa exclusión de El caballero encantado en todas las bibliografías de Galdós? Habrá que ir atando cabos...

Portnoy dijo...

Es un argumento tolstoiano-mágico, Luis... y siempre que volverse tolstoiano no signifique tener un final "karenínico" lo acepto. Pero yo soy de Dostoievski.
(El día que me tome un año sabático me iré con Sett a recorrer el mundo diciendo aquello de, "Hola señora, aquí mi camarada y yo que queremos hablar de Dostoievski")
Sett, me alegra verte por aquí, es todo un placer, en serio. Pero discreparemos, seguro. Para empezar eres un exagerado: Cuando digo que "Las reivindicaciones territoriales no habían aparecido realmente en el contexto político" debería decir en lugar de "realmente" "prácticamente". Tal vez sea impreciso en mi comentario, pero quería destacar lo chocante que resulta la idea de España que (sin rubor alguno) nos presenta Galdós. Eso nos da una visión de cómo evolucionan ciertos valores políticos y sociales y cómo algunos usos (abusos, mejor) adulteran cierto tipo de valores (positivos o no)
Si recomiendo El caballero encantado es precisamente por tratarse de una rareza en la bibliografía de Galdós y porque quizás estudiar el pasado nos ayude a comprender el presente (o no, pero la frase tiene su aquel) Se entiende que es una novela destacable por su "otredad"
Quizás esa excepcionalidad, ese carácter de novela "rara" que ha envejecido mal, motive que no aparezca en alguna bibliografías.
La Biblioteca Galdós de Cervantes virtual que tiene digitalizada la mayor parte de la narrativa galdosina ha olvidado esta novela.
Gracias por vuestros comentarios.
un saludo

L dijo...
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Portnoy dijo...

Apuntado queda, Luis.
María, que es quien manda en casa, hace tiempo que me recrimina haber abandonado a Tolstoi... y eso que Guerra y paz inició mi obsesión por la literatura... hace tanto tiempo ya
:-)

Anónimo dijo...

Pues si hace tanto tiempo ya, te recomiendo leer la Guerra y paz que editó poco ha el gran Mario Muchnick. Impresionante.

Vale.

L dijo...
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