23/2/10

Mason y Dixon, de Thomas Pynchon (I)

En memoria de J. Hernán Anganuzzi

Vamos a tratar de resumir, de poner orden, de dilucidar que se esconde tras el texto de Thomas Pynchon, Mason y Dixon.

Tránsito de Venus:

En 1716 el astrónomo inglés Edmund Halley envió a la Royal Society un método para medir la distancia Tierra-Venus y a partir de ésta, la unidad astronómica (distancia Tierra-Sol) aprovechando el tránsito de Venus que se iba a producir en 1761. Astrónomos de todo el mundo, comisionados por sus gobiernos se prepararon para la observación. Los británicos enviaron una expedición a Santa Helena y otra a Sumatra. Los franceses organizaron cuatro: Siberia, Viena, Isla Rodríguez y Pondicherry en la India. Esta última volvió sin conseguir su objetivo debido a la guerra existente entre ingleses y franceses. En total, el tránsito fue observado desde unos 70 lugares distribuidos alrededor del globo terrestre, constituyendo la primera gran empresa científica internacional.

Los resultados obtenidos no estuvieron acordes con las expectativas. El mal tiempo en muchos de los lugares de observación, la dificultad de determinar con precisión la localización geográfica del lugar en que la observación se realizaba y el efecto de la gota negra (poco antes y poco después del contacto visual entre Venus y el Sol aparece un punto negro de unión entre ambos) dificultaron la aplicación del método de Halley.

Charles Mason fue asignado para viajar a Sumatra para realizar las observaciones del tránsito de Venus junto a Jeremiah Dixon, topógrafo y astrónomo aficionado. Su barco fue atacado por la armada francesa y, por cuestiones de tiempo, aunque no descartan que la carta enviada a la Royal Greenwich Observatory fuera interpretada como signo de cobardía, lo que le llevaría finalmente a ser “desterrados” a América a trazar las fronteras entre Pennsylvania y Maryland, fueron finalmente destinados a realizar la observación en el Cabo de Buena Esperanza.

Sacado de aquí "Tránsito de Venus" y de aquí "Jeremiah Dixon"



Pero no es de esto de lo que hablamos… o, más bien, quedan unas cuantas millas para llegar al Tránsito de Venus.
Empecemos.
El Reverendo Wicks Cherrycoke cuenta la historia de Mason y Dixon. Lo hace en casa de su hermana, la esposa de J. Wade LeSpark, teniendo como más fieles oyentes a sus sobrinos, Tenebrae y los gemelos Pitt y Plinio.
La cuestión es que bajo una especie de acuerdo con su cuñado el reverendo puede permanecer en la casa en calidad de invitado “mientras sea capaz de divertir a los niños”:
“Así pues han escuchado las historias de la huida del país de los hotentotes, la del rubí de Mogol, un rubí sobre el que pesa una maldición, los naufragios en las Indias Orientales y Occidentales… una maraña de aventuras y curiosidades dignas de Herodoto, que, según da a entender el reverendo, ha seleccionado por su utilidad moral, mientras que ha evitado otras historias no tan apropiadas para los oídos de la juventud. Como de costumbre, la juventud no ha sido consultada sobre el particular”.
Ahora, a petición de la audiencia, toca una historia sobre América, con indios y franceses. El reverendo Cherrycoke inicia la historia de Mason y Dixon, a quienes conoció personalmente, junto a quienes coronó los montes Alleghenies.
Trazando la línea.
Es al entierro de Mason al que el reverendo ha llegado tarde.
Es invierno.
La historia que contará es en parte conocida de primera mano, por aparecer en ella, y en otras, conocida por el reverendo a través de sus protagonistas.
Y en casa de su cuñado le atienden regiamente.
Y atienden con expectación todo cuanto dice.
No hace falta decir que el reverendo Cherrycoke es un narrador infidente. Pero no se oculta. Ahí está Herodoto, pero también, a quien apela como un referente narrativo, el Barón de Munchausen.
Mason y Dixon, una historia americana con indios y franceses.
(“y francesas” apostilla Pitt)
En su primer acercamiento epistolar se fijan ya las condiciones de las relaciones entre Mason y Dixon debido a sus caracteres opuestos. Les une la ciencia y a pesar del entusiasmo que comparten por ella, siempre parecen estar mordazmente en desacuerdo. Mason y Dixon devienen así en una pareja cómica. Son pickwickianos. Son opuestos que se complementan.
En su primer encuentro físico asisten a una ejecución y persiguen por Londres a un perro sabio que habla, antes de embarcarse para Sumatra.
(Hay perros cervantinos que hablan y perros austerianos que narran, pero para mí, el único perro que habla vive en Ankh-Morpork y se llama Gaspode gracias a Terry Pratchett)
Esta claro que Mason y Dixon no es una novela seria. No.


(continuará)

Los textos citados de la traducción de Jordi Fibla para Tusquets.

6 comentarios:

Ángel eléctrico dijo...

Excelente homenaje. A Pynchon, pero sobre todo a Puck

Bardamu dijo...

Muy bueno, Javier. Se agradece. Por Pynchon, por Hernán.

Portnoy dijo...

Creo que Pynchon no saldrá bien parado finalmente.
Pero eso no quita que sienta que debo estas reseñas a Hernán. Ninguna lectura debería quedar inconclusa. No de esta manera.

Horacio Muñoz Fernández dijo...

Siempre cosigues que a uno se le antojen libros para los que no tiene tiempo. Muy grande Portnoy.

Unknown dijo...

Hernán lee vestido de azul en una mansa penumbra.

Anónimo dijo...

Como le dije al Angel eléctrico en su página, Hernán me contaba sobre este libro muchas cosas: todas en base a que iba a verlo a la cama (le gustaba leer con M & D sobre sí mismo) porque empezaba a reírse tanto que yo no aguantaba la curiosidad. Creo que lo leyó entero por lo menos 2 veces y además lo retomaba y volvía cada poco sobre sus páginas.

Cuando lo compró su sobrino era chiquito, le mostraba la imagen de la portada y le contaba del perro que habla.

Me encanta recordar esas tardes, gracias.

Te dejo un abrazo
Valeria