1/2/11

Punto Omega, de Don DeLillo (X)

¿Debo recordar que se revelan hechos de la trama?

Cada momento perdido es la vida. (…) Un momento, un pensamiento, que está y ya no está, cada uno de nosotros, en una calle de algún lugar, y eso es todo”.

La presencia de Jessie Elster en la cabaña introduce un nuevo factor que diluye la relación entre el metafísico y el cineasta. ¿Por qué éste permanece tanto tiempo en el lugar sobrepasando los límites de la hospitalidad, los acuerdos tácitos que debe aceptar todo invitado? Es cierto que en el desierto el tiempo se ha distorsionado, se ha vuelto lento, se demora en una repetición sin fin del mismo día, el mismo calor, la misma sed, el mismo horizonte sin expectativas. En la cabaña se vive en un tiempo muerto, en un entorno árido en el que nada crece. Excepto, quizás, de una manera tenue, como forma de llenar emocionalmente el vacío, cierta pulsión sexual entre el cineasta y la mujer.

Aquí, con ellos, no echaba de menos el cine. El paisaje empezó a parecerme normal, el calor era climatología y la climatología era calor. Empecé a comprender lo que quería decir Elster cuando afirmaba que el tiempo aquí es ciego


- Calor
- Cierto- dijo Jessie
- Di la palabra
- Calor
- Siente como pulsa hasta meterse dentro.
- Calor- dijo ella”.

Después, Jessie Elster, como Marion Crane, desaparece.

Los textos de la traducción de Ramón Buenaventura para Seix Barral… por cierto, propongo un viaje de Buenaventura a Ferré y vuelta a empezar en el Punto Cero.

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