6/3/13

Magma, de Lars Iyer


El libro va de personas que quieren ser filósofos, pensadores, escritores; va de autopromotores en otro sentido (se promocionan a sí mismos ante ellos mismos, y quizá ante otra persona). En Magma los personajes representan papeles de filósofos, pensadores y escritores igual que yo represento el papel de autor literario en mi  incesante autopromoción. E igual que ellos nunca están del todo convencidos de su empeño, yo tampoco lo estoy del mío. Igual que ellos son hombres desfasados, que anhelan convertirse en filósofos de la Vieja Europa cuyo pensamiento formara parte de una rica tradición cultural aun cuando son conscientes de que nunca se convertirán en filósofos de la Vieja Europa, podría decirse que yo, también, anhelo anacrónicamente convertirme en un autor literario cuando tal rol pertenece al pasado. La época de los  personajes de la Vieja Europa pasó. Por tanto, también, para mí, ha pasado la época de la literatura, y una de las formas en que este hecho se pone de manifiesto es en la necesidad de que hoy el autor se autopromocione.

De LA SITUACIÓN DE LA LITERATURA AMERICANA, entrevista a Lars Iyer publicada el 6 de enero de 2012 en el magazine FULL STOP



Es complicado hablar de Magma. Uno siente la tentación de llenar la página de citas de la novela, de frases ocurrentes entresacadas de aquí y de allí. Intentemos no hacerlo:


1.- Max Brod o “Kafka es nuestro líder espiritual

W. y Lars, el narrador, reconocen a Kafka como su líder espiritual. Leer El Castillo tuvo consecuencias funestas para los dos “¡allí estaba la Literatura en sí misma!
Dice Kafka de Brod que éste “se arrepiente de lo que escribe mientras escribe, luego nunca” mientras que Kafka tuvo una visión pesimista de sus textos. Digamos que para Kafka escribir era un continuo arrepentimiento. Durante y después.

W. y Lars los protagonistas de Magma entienden que la obra de Kafka es un hito fundacional de la literatura contemporánea.

Se lee en los Diarios de Kafka:
20 de octubre de 1911“(…) y luego en casa de Max, que me tocó una danza gitana de La doncella de Perth. Una danza en la que, durante páginas enteras de la partitura, uno se limita a mecer las caderas con un tictac monótono y a dibujar una expresión lenta y cordial en la cara”

Esta imagen, entrañable hasta casi el ridículo, nos lleva al segundo punto.

2.- Parejas cómicas

2.1 Lévinas y Blanchot.

Veamos… yo, como los protagonistas de Magma, soy un mono. Internet (que Lars y W. utilizan para intercambiarse dibujos de pollas a través de Messenger) me hace parecer más listo. No hace falta bucear demasiado en la Red para encontrarse con esta frase de Lévinas: “Soy totalmente solo; así, pues, el ser en mí, el hecho de que existo, mi existir, es lo que constituye el elemento absolutamente intransitivo, algo sin intencionalidad ni relación. Todo se puede intercambiar entre los seres, salvo el existir” Tampoco hay que insistir demasiado para descubrir el sentido (resumido) de la filosofía de Lévinas: “No debemos ver al Otro como alguien enfrentado y opuesto. Digamos que hay Yo porque existe el Otro y, de alguna manera, éste nos cuida y se responsabiliza de nosotros”. La relación entre Lars y W. es de esta índole, donde W. adopta el papel del Otro, otro sin el que Lars no podría ser definido. Se crea así entre ellos una tensión entre afable y tiránica que por definición es la base de toda pareja cómica, desde el payaso blanco y el augusto, pasando por Oliver Hardy y Stan Laurel… ¿Kafka y Brod? ¿Lévinas y Blanchot? ¿Estragón y Vladimir? ¿Bouvard y Pécuchet?
Iyer menciona, a través de sus personajes la foto en que Lévinas y Blanchot aparecen juntos, que es la que se ha escogido para ser portada de la traducción española en Pálido Fuego.
Pero la foto original, tomada en Davos en 1929 es esta: 





La tercera persona, el hijo de Lévinas (creo), ha sido eliminada de la memoria de los personajes de Iyer. Para ellos, dúo inefable, el mundo es interpretado por parejas. Así Kafka y Brod, o como finalmente concluyen, Brod y Brod.


2.2 El gordo y el flaco

No sabemos como es W. ¿o sí? ¿Acaso no queda definido por contraposición a Lars, gordo y desaliñado? O al menos así es como dice Lars que W. le describe. ¿Sabemos cómo es Lars? Tampoco directamente, solo por oposición a W. Imaginamos, pues a Lars y W. como una especie de gordo y flaco. Hardy y Laurel. Samuel Pickwick y Sam Weller. Sancho Panza y Alonso Quijano. A fin de cuentas todo se reduce a eso.




Blanchot y Levinas.


3.- Enrique Vila-Matas

Aunque para nosotros, lectores de Vila-Matas, así como para el mismo Vila-Matas, la situación está totalmente clara: el sentimiento de melancolía literaria de Montano es ridículo, aun cuando nosotros, también, compartamos algo de esta experiencia. Naturalmente, no estoy afirmando que todos deberíamos escribir como Vila-Matas. Sino que ha sido él quien nos ha mostrado la situación que hereda el escritor de ficción literaria, y la tarea que esta situación nos deja: la de registrar, en la propia obra literaria, lo que le ha sucedido a la literatura; la tarea de escribir sin ingenuidad. ¿Se repetirá Vila-Matas? No lo ha hecho en los libros traducidos al inglés que le he leído. ¿Se harán tediosos sus artefactos? No en la medida en que sigan negociando nuestra relación con el modernismo con tanta destreza como lo vienen haciendo
(Lars Iyer entrevistado por Antônio Xerxenesky; 3:AM Magazine, 6 de febrero de 2013)

¿Es Magma una novela vilamatiana? Creo que a Enrique Vila-Matas no le gustará demasiado la idea. En principio, por las características de los personajes, enfermos de literatura empeñados en fracasar, brods que jamás serán kafkas, se podría decir que sí. Pero Magma es una novela de influencias, es decir, no tanto de influencias sino de dejar explícitas sus influencias. Así quedan patentes en Iyer su recurrencia a Bernhard, Beckett, Auster y, sí, Vila-Matas. Pero la construcción final, a pesar de constar de la solidez innegable de sus referentes, no apela particularmente a ninguno de ellos. Es decir, Magma es un ejemplo de novela que refiere a otras novelas intentando hallar en las influencias una nueva forma narrativa de expresar la decadencia  de nuestros tiempos y la futilidad de todo intento de describirlos, y, por extensión, la insignificancia y la impostura de toda forma narrativa que pretenda ser nueva, y, por extensión, la trivialidad de la narrativa y, por extensión, de toda narrativa autoreferencial, con todas las objeciones inherentes que podamos expresar en torno a este tipo de novelas.
Pero a Magma le salva el humor. Un humor sterniano, flaubertiano, pickwickiano, kafkiano, vilamatiano. 


y 4.- Humedad y mesianismo

Magma es una novela de ideas. Está formada por los aforismos y discursos de W. recogidos por Lars. Bajo su apariencia “ligera”, acentuada por la comicidad, se oculta una reflexión sobre el papel del intelectual en nuestros tiempos. Pero no por ello constituye eso que podemos definir como “novela para escritores”
En realidad es difícil ser original reseñando Magma (Spurious).
Resumiendo: W. se empeña en teorizar sobre el mesianismo leyendo unos ensayos que confiesa no logra entender, mientras la casa de Lars es literalmente corroída por una persistente humedad.
Esa imagen, la de la casa de Lars desmoronándose a causa de la humedad, me recordó la escena del papel pintado en la película Barton Fink de los hermanos Coen. Recordemos que en ella los personajes se oponen intelectualmente. Mientras que Barton Fink (John Turturro) es un ególatra autor de teatro, Charlie Meadows (John Goodman) representa al hombre del pueblo (en principio) cuya vida está cargada de experiencias que Fink no quiere escuchar, como si simplemente desde un ejercicio intelectual, Fink pudiese conocer la esencia de la lucha libre (tema de la película en la que trabaja) rechazando la experiencia de primera mano que Meadows puede proporcionarle. Y en cierta manera eso también es lo que acaba contando Magma, que la intelectualización de la vida no conduce más que al fracaso.
Al menos nos queda la ginebra.


FIN: 
Aquí la reseña de Enrique Vila-Matas aparecida en El País, Brod contra Brod

5 comentarios:

Trayectos ciegos dijo...

Se me ponen los dientes largos después de haber seguido la pistas previas a la publicación de "Magma" y ahora leer este excelente texto. Ojalá llegue pronto el libro a Canarias.
Un abrazo, Javier.
Elisa

Anónimo dijo...

Supongo que es difícil reseñar la novela por su condición metaficcional (hay libros que se explican a sí mismos cuyos mismos párrafos ya exponen su propia reseña), pero tu crítica me ha parecido cojonuda y logra que este libro se cuele en mi lista de lecturas inminentes varios puestos (parece divertido, triste e inteligente a la vez). Un saludo, Mike.

JLP dijo...

Compro. Que anoten la venta a tu nombre ;-)))

e. r. dijo...

Es interesante lo que dice, pero por otra parte me parece un poco exagerado pensar que uno debería cambiar todo o hacerse cargo de la derrota de la literatura, o lo que sea, al escribir una línea cualquiera. Quizá conviene relajarse un poco, ¿no?
Saludos, Pornoy, un placer leerte como siempre

H. dijo...

Estupenda la crítica, poco más puedo decir, salvo que has expresado mucho mejor de lo que yo haré nunca muchos de mis pensamientos acerca de la novela, y por tanto soy más idiota que tú, pero al menos soy consciente de mi idiotez y mi incapacidad...